Hay que estar muy enfermo para no querer probar una
tajaita de estos ricos melones, como bien dice el refrán;
"...hoy no quiero ni melón de la Torre", y es que entran sólos, sin ganas, aunque con una loncha de jamón tampoco están malos.
Ahora estamos en temporada, y
amarillos o
piel de sapo los vemos adornando las fértiles huertas de La Vega. Un gusto para el paladar y la vista.
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